sábado, 18 de octubre de 2008

Sarkozy: El Héroe de Europa

Este análisis fue publicado el 15 de octubre en Gera´s Place.
Me parece que "la suerte" del Presidente francés Nicolás Sarkozy como Presidente del Consejo de la Unión Europea ha sido enorme, y es que durante ésta Presidencia que sólamente dura 6 meses, le ha tocado resolver varias crisis que lo han catapultado como un político hábil, pragmático y solucionador de conflictos. Si el dicho es correcto, Sarkozy creció -políticamente- gracias a las crisis (europea, del Caúcaso y financiera).

Francia recibió la Presidencia en julio de este año de manos de Eslovenia, con el No irlandés en las espaldas y el enojo alemán con la propuesta francesa de una Unión Mediterránea. Sarko recibía una Unión Europea desgastada y con cero credibilidad. Pero luego vinieron las crisis, en donde las instituciones fueron la olla en donde se cohesionaron las políticas y las medidas logradas con el consenso europeo y que funcionaron para sacarla del atolladero político, institucional y financiero. Después de todo, Europa -como unión política- no está muerta y es que Sarko le dió respiración de boca a boca y quizá hasta le cantó Quelq'un m'a dit. "Supersarko" reposicionó a la Unión Europea y demostró que es necesaria para responder a los retos locales y mundiales con un mismo sistema de valores.

Hoy, no sólo en Francia, sino en toda Europa Sarkozy es visto como el gran solucionador de conflictos, el mismo José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión Europea, le agradeció sus avances, pues han sido de gran importancia para la Unión. Barroso comentó que los acuerdos realizados por los países miembros el domingo en Paris significan un importante fundamento para la Cumbre social tripartita, organizada conjuntamente por la Presidencia francesa de la Unión Europea y la Comisión Europea y que tendrá lugar en Bruselas hoy miércoles.

Así mismo el Jefe del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, quien no es ningún fan de Sarko, ha dicho que está impresionado por su manejo de la crisis y su trabajo conjunto con las instituciones europeas. El Jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se mostró bien impresionado, dijo que reconocía el manejo de la crisis y de los retos que se presentaron ante la Presidencia, y cómo el Presidente del Consejo, y los líderes de los países miembros, reaccionaron rápida y puntualmente.

Y es que Sarko ha demostrado poder intervenir en la solución de problemas de una manera diferente a la política de su antecesor, Chirac: soluciones pragmáticas en lugar de la política de intereses tradicional. Ésto lo demostró en la negociación en la crisis del Cáucaso con los gobiernos ruso y georgiano, logrando el cese al fuego y la retirada de tropas rusa. Donde también intervino Angela Merkel, impulsora de decisiones pragmáticas, y relacionadas a principios más que a ideologías o tradiciones. Europa no puede representarse en un Gobierno de un color o de un partido político como lo hacen los países, Europa no puede representarse como una nación. Europa es la suma de experiencias que se acumulan en un conjunto de principios con aspiración universal. Europa es tan Shakespeare como Hitler, Europa es tan religiosa como secular, es tan Tracia como Mora, Europa es tan fría como Laponia y tan caliente como Íos, Europa es tan diversa como sus quesos Feta, Gruyere, Bryndza, Manchego, Provolone, Cheddar, Allgäuer, Évora, Roquefort, Emmental. Tan versátil como sus embutidos, tan rica como sus vinos, tan distinta como su grastronomía. Cómo unir en una política común toda esta diversidad?

La Unión Europea es un club democrático, en donde el Estado de Derecho, el reconocimiento y la garantía de los derechos y libertades para todos, la solidaridad y la paz, son los principios básicos conforme a los cuáles se deben buscar las soluciones. Me parece que Sarkozy, y en su momento Merkel, han apelado a ello. No se puede, desde la cumbre Europea, imponer una ideología política, se debe en cambio, apelar a valores que son establecidos como requisitos de membresía para el club y son aceptados por todas las naciones de Europa como necesarios para la convivencia civilizada, pues se entiende que la finalidad debe ser lograr la felicidad de todos los individuos. Éstos principios deben ser mínimos, deben ser principios abiertos que puedan permitir el juego de las fuerzas políticas sin necesidad de anclar desde la Unión programas o normas demasiado especifícas, pues es esta imposición desde Bruselas la que no es bienvenida en las calles europeas y lo que ha llevado a nos tan rotundos como el irlandés, el francés y el holandés.

Ese pequeño reto es lo que Europa tiene por delante, parece que Sarko lo entendió y gracias a las crisis revivió a la Europa de los principios que debe prevalecer sobre la de las instituciones.