Entre el autor y la obra se interpone un elemento que los separa: el lector. Una vez escrita, la obra tiene una vida distinta a la del autor: la que le otorgan sus lectores sucesivos. (O. Paz )
En el vínculo entre la pieza y el espectador, aparece lo que llamamos arte.
Los sucesos que vivimos día a día son apropiables.
viernes, 25 de abril de 2008
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