domingo, 1 de agosto de 2010

La ciudad de Emden y sus personajes

La ciudad de Emden y sus personajes

Por: Geraldina González de la Vega

publicada el 22 de marzo en el Poder de las Ideas en Eje Central

Estuve en el Mar del Norte, en la ciudad de Emden, parte de la región de Frisia del Este. Ostfriesland, en alemán, es una región en el noroeste del estado de Niedersachsen. Ostfriesland se encuentra en la costa del mar del norte y se compone de las ciudades de Aurich, Leer y Wittmund, así como la ciudad libre de Emden, además de las islas frisias de Borkum, Lütje Hörn, Memmert, Juist, Norderney, Baltrum, Langeoog y Spiekeroog. Ostfriesland es una región muy distinta a la Alemania tradicional. Allí uno no se siente en Alemania, sino en algún lugar entre los Países Bajos o quizá en algún puerto inglés. Se habla un dialecto que suena entre inglés, holandés y alemán. Se toman cantidades estratosféricas de Té -según el hombre que nos vendió 500grs de té negro y otros 500 grs de tés distintos, son ellos los consumidores de té número uno, seguidos por los irlandeses, y no los ingleses como comúnmente se cree-.

La ciudad libre de Emden está enclavada en la bahía del Dollart, si uno navegara recto desde su costa, llegaría a Niederlande o los Países Bajos. La ciudad de Emden es muy antigüa, su fundación data del año 800. En los siglos XIV y XV tuvo muchos conflictos con los poderosos estados de la Liga Hanseática, pues Emden y otras ciudades de Ostfriesland, como Marienhafe, apoyaron al pirata Klaus Störtebeker. Quien por cierto, casóse con la hija de algún importante personaje de Marienhafe. Gracias a estos conflictos, Emden fué ocupada por las fuerzas hanseáticas, de Hamburgo principalmente quienes hasta 1447 dejaron Emden finalmente.

El Störtebecker es una leyenda en Ostfriesland, cuenta la historia que una vez que fueron detenidos él y su tropa, Störtebecker solicitó a las autoridades de Hamburgo que una vez que le decapitaran, lo dejaran correr -claro, sin cabeza- a lo largo de una fila formada por sus hombres y que se perdonara la vida de los hombres que él lograra pasar antes de caer muerto. Así, el Störtebecker, salvó a todos sus hombres, después de muerto, --o ¿medio muerto? Tiempo después de su muerte se convirtió, además, en una figura de propaganda política. Los de "izquierda" lo convirtieron en un héroe medieval de la lucha de clases frente a los estados hanseáticos capitalistas. Los de la "derecha" lo convirtieron en una especie de Francis Drake alemán. "Es como un Che Guevara, un luchador por la libertad, pero también es como un Robin Hood, porque él peleó a los ricos en nombre de los pobres..." dicen algunos residentes de Stralsund.
Una figura a la que los ciudadanos de Emden no prestan mucha atención -o más bien ninguna- es el jurista medieval Johannes Althusius. La fama de Althusius está basada en su federalismo, cuyos principios se contraponían al centralismo propuesto por Bodin -¡lo que sucede cuando el mundo se aferra a las ideas equivocadas!-.
Su teoría estaba basada en la doctrina de la asociación simbiótica de la comunidad, es decir, basado en un principio pluralista, reconocía la autonomía de una comunidad de hombres viviendo juntos y unidos por lazos reales con un contrato de unión, expreso o implícito, institucionalizado. Comenzando por la familia, el federalismo althusiano, iba "subiendo" de nivel hasta llegar a la asociación de estados, repartiendo la soberanía entre éstos, --no centralizada, como propuso Bodin-- de manera que su base serían las leyes, que no pueden ser impuestas por un soberano y preordenadas por una divinidad, sino por un conjunto de leyes seculares y humanizadas en términos de la efectiva participación de los miembros de una comunidad y en sus sucesivas capas. Althusius fundó sus teorías en la religión calvinista y en los modelos suizo y holandés. Ésta teoría y su filosofía legal le valieron el prestigio para que fuera llamado a ocupar el puesto de síndico durante 34 años en Emden.

La ciudad de Emden se convirtió en 1526 en una de las primeras en Alemania en abrazar la fe reformada. Desde que John Laski había sido invitado a Emden en 1542 por la Condesa Anna para reorganizar la vida religiosa, Emden se había convertido en la “Ginebra del Norte”. Su localización estratégica en la frontera entre el Imperio Alemán y los Países Bajos le dió la libertad de movimiento vis a vis con el Lord Luterano y con el Emperador Católico. Al mismo tiempo su fuerte espíritu calvinista le permitió realizar una influencia excepcional en áreas clave de los Países Bajos y Alemania. Emden fué nominada como el alma mater de la Iglesia Holandesa Reformada, pues fué desde Emden desde donde muchos ministros holandeses llegaron y fué en Emden, donde muchos exiliados de la persecusión del Duque de Alva encontraron refugio. En el Sínodo de Emden, en 1571, las Iglesias Reformadas de Frisia del Este y el Bajo Rín se unieron con las iglesias holandesas para formar la unión más grande del Calvinismo del Norte. Emden fué un puerto importante, con cercana comunicación con Inglaterra y sirvió como refugio para un gran número de nobles ingleses durante la reacción católica de María Tudor.

Emden se encontraba con fuertes conflictos con su lord provincial, así como con unidades poderosas y mucho mayores tanto del Imperio Alemán como del Reino de España. Por ello, el Ayuntamiento de la Ciudad estaba constantemente a la búsqueda de un líder hábil que pudiera guiar las negociaciones y el destino de la ciudad. Johann Altin, el hijo de un importante pastor de nombre Menso Alting, era estudiante de leyes en Herborn, donde Althusius era su profesor. Aparentemente Alting envió a su padre copias de "La Política" de Althusius. Su recepción --muy favorable-- le dió a los Emdenianos la idea de mandar a llamar a Althusius, quien aceptó en 1604. Para consultar "La Política" de Althusius ver aquí.

La riqueza de la ciudad durante los primeros años del siglo XVII les permitió la construcción de un dique principal para contener el río Ems, el dique se mantuvo hasta 1616. También se construyó el Muro de Emden, que protegió al puerto de las tropas de la Guerra de los Treinta Años. En 1574, se construyó el Rathaus o Ayuntamiento, la Puerta de mar hasta 1635 y la reformada Nueva Iglesia en 1643. Durante el tiempo de Althusius, Emden, fué una ciudad libre, aunque sólo de facto, más no de Derecho, pues dependían de los Países Bajos como potencia protectora.

En las fotos, la torre de la Iglesia Nueva, la fachada de la Iglesia Nueva, La Puerta de Mar y el Rathaus.

En Emden se encuentra hoy un enorme puerto que maneja cerca de 6,75 millones de tolenadas (2008). Los productos son en su mayoría automóviles, productos madereros y en mayor medida equipos de molinos para energía eólica. El puerto de Emden es el tercero de Europa en manejo de Automóviles, después de Bremerhaven y Zeebrügge. En Emden se encuentra una fábrica de Volkswagen, en donde se produce el Passat. En gran parte de la ciudad se encuentran casas de ladrillo, muy al estilo holandés, y cuya arquitectura en alemán recibe el nombre de expresionismo de ladrillos (Backsteinexpresionismus) que es una variante especial de la arquitectura expresionista que surgió durante los veinte del siglo pasado en Alemania. Los puntos regionales con mayor influencia de este tipo de arquitectura fueron las grandes ciudades del norte de Alemania y la zona industrial de Rhein-Westfälen. La escuela de Amsterdam fué parte importante de este movimiento cuyo estilo también encontramos en Países Bajos y Bélgica.

Como puerto que es, la comida de Emden es la que proviene del mar, además del té (Ostfriesischer Tee), los Matjes o arenques son el símbolo de la región. Un fin de semana de mayo es el Festival de los Matjes, con el cual inicia su temporada de pesca. ¡Los arenques preparados en su mil variedades son riquísimos! Típico de la región, también, son los sandwiches de pescado y como en la isla británica, el fish&fries. Durante nuestra estancia era temporada de Sollo de Mayo, unos pescados planos típicos del fondo, de carne blanca, suave y deliciosa.

Como en aquellas imágenes de las playas de principios del siglo XX, en donde se podían ver personas vestidas con enorme elegancia pasear por la arena, ellas de vestido, sombrero y paragüas y las más atrevidas, en una especie de vestido que se suponía era un traje de baño; ellos, en bañador completo a rayas, los conservadores en traje y bastón. La playa repleta de casetas para cambiarse y de sillones de rayas azules y blancas. ¿Lo pudieron visualizar? pues así es Nordeney, una de las 7 Islas de Ostfriesland y la que pudimos visitar. Para llegar allí, primero tuvimos que tomar un tren hasta la costa de Norddeich, de allí un Ferry hasta la isla. La isla me recordó un parque de diversiones en Estados Unidos, las casas, los comercios y hoteles, todo en armonía. Un lugar verdaderamente bello, las casas que dan a la playa un sueño. El paisaje de la costa es muy distinto al que los mexicanos estamos acostumbrados, pero no deja de ser un espectáculo de la naturaleza. Compramos un par de “petates” y disfrutamos del mar y la playa por un par de horas, antes de regresar al muelle a tomar el ferry de regreso al continente europeo y después viajar de vuelta a casa.

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